martes, 10 de julio de 2007

¿Dónde nos habíamos quedado?

Buenos días de nuevo:
Soy Allison otra vez, y vengo para contarles lo que pasó con el caso de Charles. Fue el mes pasado. ¿Recordáis que Andye dijo que tenía la prueba irrefutable? Pues bien, la tenía, pero era una prueba tan absurda, que jamás pensé que podría servir para algo: era una colilla. La había encontrado en un cajón que tenía un doble fondo y que estaba cerrado a cal y canto. Apareció metida en una bolsa de plástico, como si fuese la prueba de otro crimen, y en esta bolsa ponía: "Mi muerte". Pero la inútil de Andye había tirado la bolsa a la basura, porque no le pareció importante, y solo me enseñó la colilla, que, para colmo, tenía las huellas de Charles. Y os preguntaréis, ¿por qué iba Charles a guardar una colilla después de asesinar a Escarlata, si aún así había dejado muchas otras pruebas que podrían incriminarle? ¿Y por qué la había guardado en una bolsa en la que ponía "Mi muerte" (aunque esa pregunta yo no me la podía hacer porque no estaba informada de lo de la bolsita)? Pues bien, resultó ser que la escena del crimen había sido manipulada tras el asesinato, pero por una persona que no fue Charles. Yo no sabía qué podía hacer con esa prueba, y tampoco sabía qué tenía de irrefutable, pero en fín, la envié al laboratorio, por si acaso. Tras el análisis de huellas se confirmaron mis sospechas: aquella colilla tenía las huellas de Charles, lo que le situaba en la escena del crimen el día en cuestión. Sin más información llegó el día del juicio y, ¡cómo no!, salió a la luz el tema de la colilla. Cuando el juez se percató de que la bolsa que contenía la colilla podría ser una prueba crucial, envió a un inspector a la escena del crimen, para que registrase la papelera y trajese de vuelta la bolsita. Pero cuando el inspector llegó al despacho de Escarlata, se lo encontró "limpio" de pruebas: ni los papeles, ni los libros, ni el ordenador y , por supuesto, tampoco estaba la papelera. Le preguntó al portero del edificio si había entrado alguien en el despacho de la Srt. Escarlata, y éste contestó que sí. Se lo llevó a la comisaría para interrogarle, y mientras tanto en nuestros tribunales se suspendió el juicio. Al día siguiente fueron a declarar el portero y el hombre que fue visto entrando en el despacho de Escarlata. Tras presionar mucho al testigo que "limpió" la escena, todo salió a la luz. Este hombre (que se llamaba Mikel Swam) había trucado las pruebas para inculpar a Charles (alguien al que ambos odiaban por hechos ocurridos en el pasado que son irrelevantes para el caso que nos atañe). El tema de la colilla consistió en lo siguiente: el día anterior, Escarlata había llamado Charles para hablar de algunos asuntos y ahí empezaba su plan. Le ofreció un cigarro y él se lo fumó (de ahí la colilla que posteriormente fue introducida en la bolsita y depositada en el doble fondo del cajón por Mikel Swam), le pidió que le abriese una carta con el abrecartas (de ahí sus huellas en el arma del crimen) y por último provocó una gran disputa entre ellos (de ahí que Charles tuviese un motivo para matarla). Esa misma noche, Escarlata se suicidó, dejando atras un reguero de pruebas incriminatorias, y...una gran carrera profesional... una pena. Bueno, que fue un caso más en el que si no hubiera sido por mí, el acusado (inocente) estaría en la carcel. Vamos, como siempre. Espero que hayan disfrutado de la historia. Hasta pronto.
Fdo:

A. Spencer

P.D.: Un caso más que, aunque bastante intrincado, fue resuelto con éxito por la fantástica y maravillosa... ¡¡¡ABOGADA SPENCER!!! (Parezco una superheroína...)

2 comentarios:

Sarah dijo...

Oh Alli!
Ha pasado ya tanto tiempo desde la última vez que nos vimos...
y veo que no has cambiado nada, tu sigues tan responsable, tan estricta...! Scott me ha dado la dirección de tu blog, pues con él sigo manteniendo el contacto, considero que las diferencias de horario terminaron con nuestra amistad, pero me gustaría que nos reencontraramos para revivir momentos nunca olvidados, si te apetece, Scott tiene mi teléfono personal, un gran abrazo,

Tu antigua compañera:

Sarah Brooks

Anónimo dijo...

Linda
Querida Alli, he de decirte que me gusta mucho tu forma de ejercer esta profesion y confieso que me siento muy orgullosa de ti, el otro día llamé a sarah con mi nueva blackberry, hemos quedado en el café Folenge a las cuatro para tomar el té, pásate y charlaremos sobre nuestras opiniones políticas y judiciales. Un fuerte abrazo, tu compañera de estudios
Linda Wowston.